
Salsa de soja: imprescindible en la cocina japonesa, tiene numerosas variantes: el tamari combina muy bien con el pescado crudo, mientras que el shoyu es más suave y se usa para cocer verduras.

Mirin: vino de arroz integral semifermentado. Contiene agua, arroz y sal marina y se utiliza solo para cocinar.

Umeboshi: ciruelas fermentadas con sal y tienen un sabor muy fuerte. Se toman con té bancha y sal de soja para combatir la gripe.

Judias azuki: judías rojas japonesas, muy utilizadas para preparar repostería, helados y cremas. Se usan para preparar el osekijan, un plato que se come en días festivos.

Jengibre: se consume fresco con verdura, pescado, carne y también en sopas. Tiene efectos beneficiosos en afecciones bronquiales y ayuda a eliminar toxinas y mucosidades.

Shiitake: seta japonesa que se consume fresca con verdura y seca en ensaladas.

Miso: pasta obtenida al macerar haba de soja con cereales, agua sal y fermento. Se utiliza como condimento en ensaladas y salsas, así como en multitud de sopas.

Tofu: cuajada o queso de soja, pobre en grasas y calorías y sin colesterol, pero rico en proteínas. Su sabor es neutro y se presta a elaboraciones muy diversas.
